Que terrible es sentirnos solas
estando acompañadas; sobre todo cuando estamos en la flor de la juventud, cuando
pensamos que la vida es “color de rosa”.
Llena de ilusiones por vivir, proyectos por realizar y metas por cumplir, más de pronto nos encontramos involucradas en una relación totalmente opuesta con alguien de edad otoñal.
Llena de ilusiones por vivir, proyectos por realizar y metas por cumplir, más de pronto nos encontramos involucradas en una relación totalmente opuesta con alguien de edad otoñal.
Entonces pregunto: ¿Tenemos derecho a
marchitar prematuramente los pétalos de esa rosa que empieza a abrirse a la
vida, opacando el brillo de su mirar con las experiencias agridulces que nos
tocó vivir, convirtiéndola en una rosa atormentada?
Nadie sabe a costa de qué vamos
salvando de los naufragios ese gran
equipaje de ilusiones a los quince y a los veinte años, luego, en cada
tempestad. Un día es sólo una maleta; después, un puñado de ilusiones, y tras
los días y los años ¿qué nos queda? ¡Una ilusiٕón! que guardamos en algún lugar del corazón…
¿y también esa última y pequeña ilusión nos la arrebatan?.