Así
como el tiempo se encarga de curar nuestras heridas, es también el juez más
imparcial y justo que pueda existir en el Universo…Cuando se trata de dar la
razón o no a quien la tiene sobre nuestros actos.
Ante
la intransigencia es mejor darle “Tiempo al tiempo”, aunque a veces tengamos
que esperar años de años por la respuesta… Cuando esta llega, nos cae como “Un
baldazo de agua fría” porque nos da su veredicto de manera “Cruda y desnuda”,
ya que el tiempo “No se casa con nadie” y “Da al César, lo que es del Cesar y a
Dios lo que es de Dios”.
Como
muchas veces es demasiado tarde para enmendar errores, entonces, concienticemos
a las generaciones venideras para que “La historia no se repita”.
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