Son las huellas que nos van dejando los golpes de la vida cuando transitamos por ésta, precisamente ella está compuesta de buenas y malas experiencias, las que nos servirán posteriormente como lecciones de vida.
Nada más falso de quien asegure ser “inmensamente feliz”, porque sería como comer el mismo manjar todos los días y hasta eso harta; caeríamos en la monotonía y ya no tendríamos un estímulo para superarnos...A menos que hayamos logrado llegar más allá del infinito.
La “negación positiva” es solo un “mecanismo de defensa”, más no la solución.
Es verdad que las caídas duelen, que nos dejan maltrechos y sin ánimo para regresar por otro golpe, pero es la fuerza de voluntad y la razón por la que cada uno de nosotros nos mantenemos con vida, las que nos impulsan a seguir batallando.
Por lo tanto, si queremos llorar, lloremos y si queremos vomitar todo lo que llevamos guardado… hagámoslo, pero no culpemos a la vida de nuestra frustración, ni nos quedemos atrapados en el fango de la depresión, sin hacer la lucha para salvarnos.
Se nos avecinan tiempos difíciles pero pensemos que no todo está perdido, porque al “final del túnel, siempre hay una luz de esperanza”, aprendamos a “guerrear hasta el final de nuestros días”… “Nunca es tarde para aceptar y enmendar errores”.
Entonces:
Entonces:
“ Adelante muchachos: unas veces se gana, otras se pierde y no por eso el Mundo se acaba. ”
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