Actualmente, es casi común
escuchar “somos pareja”, los jóvenes se hacen castillos en el aire y piensan
que todo lo pueden. Tornándose la vida
para ellos “color de rosa”, hasta que
las riendas se les escapa de las manos, llegando los hijos como consecuencia de
sus desmanes.
A partir de aquí el amor “ya no
es ciego”, comienza la vida amarga, la vida de lucha. Como el hombre siente que
lleva sobre los hombros un peso superior a sus fuerzas, opta por la retirada y la mujer
como siente que es un problema demasiado complicado para su espíritu
débil…también fracasa, a menos que saque fuerzas de flaqueza para salir
adelante con su hijo.
Hay un viejo refrán que a la
letra dice: “Cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”.
Una gran verdad, que si las
jóvenes tomarían en cuenta, no existirían tantas madres solteras y con una
carrera trunca.
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