19 de marzo de 2012

AMOR DE MADRE


Eran los años 80, cuando una joven de origen humilde trabajaba como secretaria en una reconocida empresa, en la que con el correr del tiempo conoció a un profesional con quién contrajo matrimonio, llegando éste a tener un cargo gerencial; razón por la cual  se trasladaron a  una zona exclusiva de esa localidad.
La pobre madre deseosa de ver a su hija ó quizá de mendigarle un pan, iba a su casa a visitarla. La hija hacía  pasar a su madre por la puerta de servicio, porque decía que era “la señora que lava  la ropa”.
Cuantas veces hemos sido testigos de estas historias, en que las madres hacen esfuerzos denodados para darles una mejor calidad de vida a sus hijos, para que más tarde ellos se avergüencen de esa sacrificada mujer.
“Madre, solo hay una”.





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