Si bien es cierto que en nuestros tiempos,
estudiaba y trabajaba, quien carecía de apoyo económico y deseaba hacerse de
una profesión. Ahora la mentalidad de los jóvenes ha cambiado, viéndolo desde
el punto de vista de hacer línea de carrera, debido a las exigencias del
mercado laboral de contratar profesionales más competitivos.
Ahora, si el joven toma esta
decisión por voluntad propia, solo nos queda apoyarlos; brindándoles las
facilidades del caso para que puedan cristalizar sus metas, orientándolos en
el cambio que deberán hacer de sus
hábitos de vida (ya que les demandará un mayor esfuerzo y por ende les generará
mayor estrés), alimentación extra, horas sueño-estudio, etc.
Haciéndoles saber también,
que como no todo en la vida es fácil, cabe la posibilidad de que en algún
momento tengan que elegir entre el trabajo o los estudios, por cruce de
horarios o por agotamiento físico o mental… Ellos sabrán tomar la decisión
correcta, valorando la voluntad de querer hacer las cosas bien.
Considero que es una
decisión positiva, para quienes logren superar los obstáculos que se les
presente en el camino porque les ayudará a madurar, a ver los retos como parte
de su vida diaria, a incluir en su escala de valores la empatía para que mañana más tarde no les quede
“grande” el cambio de status.
Escuchaba comentar a un Médico
reconocido a nivel nacional, que él para solventarse los estudios hacía taxi,
grababa las clases en un casete y lo escuchaba mientras trabajaba. Lo que nos
demuestra que la persona cuando tiene voluntad, se ingenia para lograr su
objetivo.
“La fuerza no viene de
la capacidad corporal, sino de una voluntad férrea”.
Mahatma Gandhi
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