17 de junio de 2014

LO QUE VIENE FACIL, FACIL SE VA


¿Qué hacemos cuando queremos ser ricos de la noche a la mañana?... Simplemente traspasamos la barrera de lo formal para entrar en lo informal, trasgrediendo normas o preceptos establecidos sin medir consecuencias, ni escuchar razones que nos persuadan. Realizando transacciones temerarias, avaladas solo “de palabra”.
Donde la premisa “El fin justica los medios”, es la frase abanderada para lograr los objetivos. Metiéndonos  ingenuamente “con zapatos y todo” por la adrenalina que produce la multiplicación inmediata de dividendos de acuerdo a la inversión realizada.
 
Viviendo temporalmente la fantasía del “sueño hecho realidad”… mientras dura el “hechizo”. Todo llega rápido: dinero, propiedades, poder, amigos.
 
Pero si no sabemos controlar nuestra ambición, no sabremos en que momento parar; queriendo ganar cada vez más y más, apostando siempre al ganador.

Hasta despertar ante la intervención de “los delincuentes de cuello y corbata” que se encargarán de “recuperarlo todo” (capital corregido y aumentado); convirtiendo nuestro inocente sueño en pesadilla. Es aquí   cuando exclamamos ¡Pero si todo iba bien… entonces, cuando se fregó???
Quedándonos solo el recuerdo de que un día lo tuvimos todo y que de pronto se esfumó y la lección de vida  de que “lo que viene fácil, fácil se va”…
 
Si bien es cierto que hay que arriesgar en la vida, hay situaciones que no podemos forzar para que ocurran ya mismo, porque todo tiene un proceso y la fortuna no es para todos...

“El dinero, es la droga más adictiva”.






 

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