25 de julio de 2012

AJUSTA TUS ACTOS


Mujer: cuando te encuentres sola, sumida en el silencio de las horas vacías, medita en las grandes verdades de la vida que son brújula de tu destino. Cuida tu honor, no murmures, no envidies, no seas susceptible a la ambición ni a la vanidad.
Piensa que en todas las cosas de la vida hay una fuerza potente: el bien, que nunca podrá ser opacado por el mal.
No hagas confidencias. Confiarse es entregar las armas… y tú ignoras quién pueda declararte guerra.
No traiciones. Existen mujeres traicioneras, desleales, capaces de llegar a tal por un vestido, por una joya… hasta por cosas triviales y tontas. No engroses la caravana de las mujeres que se han arrepentido de haber sido infieles con quienes sólo merecían amor.
Aprende a estar sola, a ser fuerte, a ser leal, a ser tu propio juez. Jamás hagas nada que pueda ser luego motivo de arrepentimiento, que no puedas contarlo sin enrojecer. Vive con la conciencia limpia, abierta sus puertas de par en par.

 

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