En estos tiempos llenos de
estrés, vamos cargando nuestra pesada
mochila, la que contiene todas nuestras penas, alegrías, tristezas, triunfos, derrotas,
frustraciones, traumas, etc.
Tratando de vivirlas todas a la
vez como si fuéramos robots, aniquilando nuestras energías y dejando de
disfrutar la vida sin detenernos a pensar en el HOY… Ese hoy que puede ser el
último de nuestras vidas.
Sacudámonos de las vivencias tristes del
pasado, ya que éstas pertenecen al AYER. Haciendo de ellas, parte de nuestra
experiencia. Que nos ayuden a hacernos más fuertes… porque al fin y al cabo
logramos superarlas.
No tratemos de adelantarnos al
futuro, presagiando acontecimientos que tal vez nunca sucederán y que solo
están en nuestro pensamiento. Lo que tenga que venir MAÑANA, ya vendrá, porque todo cae por su propio peso.
“Sana el pasado, vive
el presente, sueña el futuro”.
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