6 de abril de 2014

ENVEJECER CON DIGNIDAD

Como dice la canción: “Ayer tarde me he mirado en el espejo, tuve por mi faz curiosidad”…
Y, ¿Por qué no aceptar esta cruda realidad? … Si es la ley de la vida: nacemos, crecemos, envejecemos y morimos.
No podemos ir en contra de nuestra naturaleza humana y oponernos a:
Que la tersura y lozanía de los veinte años, sea reemplazada por un rostro con arrugas.
Que esa mirada vivaz de juventud, se transforme en un débil mirar.
Que el color de nuestro cabello, sea reemplazado por las canas, como si fueran copos de nieve.
Que el caminar garboso del ayer, sea ahora más lento, como “perdonando el tiempo”…
Y finalmente a cambiar, la inquietud por el sosiego.
Ya que si hemos llevado nuestra vida con decoro, veremos que la vejez es signo de experiencia y sabiduría.
 
 

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