El poder emocionalmente ocupa
un papel importante en el plano interpersonal, ya que el miembro más poderoso
ejercerá el menor esfuerzo por cambiar
de actitud y por el contrario es el que más influye en la forma como lo sienta
su interlocutor o se sienta a sí mismo.
El miembro menos poderoso es
el que se ve obligado a realizar la mayor cantidad de ajustes internos para
”sintonizar” con la otra persona.
Esta capacidad concedida, es importante
cuando se tiene que ejercer autoridad sobre una o más personas, siempre y
cuando se actúe con ecuanimidad y justicia. El peligro se presenta, cuando se “desborda” el “ego”
trayendo consigo traumas y complejos latentes, los que hacen que la persona abuse
del poder que se le ha otorgado.
"Con la vara que mides, serás medido".
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