Tomamos
decisiones en el trabajo, el hogar y en cada paso que damos en nuestra rutina
diaria; eligiendo la alternativa que más se adecue al logro del
objetivo que estamos persiguiendo; haciendo uso del criterio, la
experiencia y hasta la intuición.
Para
llegar a una conclusión y así poder tomar una decisión, se tiene primero que
analizar el problema para llegar a un diagnóstico; recolectando la mayor
cantidad de información para tener un mayor número de alternativas. El análisis de tales alternativas y las consecuencias de su aplicación (los
pro y contra), permitirán examinar el
grado de satisfacción que cada una de las alternativas brinda a la solución del
problema.
Para lo cual es necesario tener en cuenta que el análisis de las
alternativas responda a las siguientes preguntas: ¿Es necesario?, ¿Es posible?,
¿Es legal, ¿Es justo?, ¿Es lo mejor?.
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