Actualmente,
vemos con preocupación que la ética va quedando como una palabra más del
diccionario, inaplicable y obsoleta para nuestra deteriorada sociedad; ya
que día a día va siendo desplazada por
los apetitos personales de aquellas personas “sin patria, ni fronteras”.
Pareciera que las normas que rigen a estas personas, estarían
basadas en, “el fin, justica los medios”. Las que no tienen un patrón de medida
de sus actos, ni parámetros para diferenciar lo correcto de lo incorrecto, es
decir que no hay límites y por lo tanto actúan instintivamente con actos
repetitivos, sin detenerse a pensar que cada acción tiene una reacción que
caerá por su propio peso a mediano ó largo
plazo. Están dispuestas siempre a ganar a cualquier precio, surgiendo la
siguiente pregunta: ¿es exceso de optimismo, ó falta de moral?
Las
palabras se las lleva el viento y hasta los documentos contractuales ya no son
confiables, porque éstos pueden ser adulterados a gusto y deleite de estas
personas.
“Los
negocios son también un arte ya que en ellos se mezcla la estética y la ética.
Los negocios sin ética no son útiles” Alejandro
Jodorowsky.
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