Muchos hombres son ricos sin
dinero. Rico es el que goza de una buena salud, tiene dos brazos para trabajar
, corazón sincero , cabeza firme y mente lúcida cuyos pensamientos enriquezcan
su inteligencia.
La pobreza necesita muchas cosas;
la avaricia las apetece todas… no te obsesiones y te conviertas en su esclavo. Que el dinero sea
una consecuencia y no el objetivo del trabajo. Porque éste no lo compra todo, ó
es que acaso… puede comprar tu dignidad.
La fortuna no es para todos, lo
importante es la satisfacción de realizarte como ser humano sin compararte con
nadie, teniendo la plena convicción de que cumpliste con tus obligaciones y así
poder morir tranquilo y sin remordimientos.
La riqueza en el hombre está en
lo que ES y no en lo que TIENE, desaloja
de tu mente la idea de: “tanto tienes, tanto vales”. Porque, si pobre es el
hombre sin dinero, más pobre todavía es el que solo tiene dinero.
Una de las más provechosas
lecciones de la vida es la que nos enseña a justipreciar las cosas. El joven
que empieza a vivir se ve solicitado por una multitud de productos
industriales, que desde los escaparates de las tiendas le incitan a la compra;
pero la prudencia le aconseja estimar cuanto vea por su valor real y no por su
valor aparente.
No es maravilla que nuestros
hijos den los primeros pasos en la vida con erróneos ideales y con equivocados
conceptos de las condiciones del éxito; si les incitamos a que , ante todo, sobre todo y contra todo ,
busquen el dinero; convirtiéndose de esta manera en máquinas da hacer billetes.
“No todas las fortunas,
pues, son dinero y se llaman billetes de banco”.
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